Las sentencias pueden durar indefinidamente. Sin embargo, el demandante (generalmente el acreedor o el cobrador de deudas) debe renovar la sentencia cada diez años. Si el demandante no renueva la sentencia antes de que transcurran diez años, la sentencia ya no será cobrable. Además, las sentencias generan intereses 10% por año.
Una vez que el acreedor o cobrador de deudas obtiene una sentencia en su contra, puede embargar su salario, embargar su cuenta bancaria o poner un gravamen sobre su propiedad. Sin embargo, si puede demostrar que su salario es necesario para su sustento y el de su familia, puede eximirlo del cobro. Además, hay ciertos tipos de ingresos que no se pueden cobrar, incluido el dinero del Seguro Social, los beneficios del VA, los beneficios de jubilación, GA, EDD, CalWorks, los planes de pensión, IRA, etc. Estos tipos de ingresos están exentos del cobro.